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Foto del escritorOsvaldo Maguey

Amistades narcisistas

Anécdotas del consultorio


Algunas amistades comienzan con una conexión y química perfectas, solo para transformarse en tu peor pesadilla. Tal es el caso de las amistades con personas narcisistas, quienes demandan toda tu atención y te castigan con indiferencia cuando no la obtienen.


El encanto inicial de los narcisistas


Te preguntarás ¿Cómo es que alguien hace amistad con alguien así? Las personas narcisistas son carismáticas, extrovertidas, y a los ojos de los demás son personas encantadoras. Son expertos en esconder su verdadera naturaleza, disfrazando sus intenciones con atenciones generosas y actos desinteresados. Una vez que caes en su trampa, descubres su naturaleza manipuladora y abusiva. Inevitablemente, te invadirán la culpa y la vergüenza, las cuales se vuelven anclas que impiden que abandones ese vínculo.


Amistades narcisistas


Para ilustrar el terror de una amistad narcisista te cuento la historia de Carlos y Julian*.


Se conocieron en el trabajo, ambos jóvenes adultos con sueños de crecer y aspirar a más. Hicieron “click” al conocerse. Ambos eran del mismo tipo de humor, les gustaban las mismas series de ficción por las que pasaban tardes discutiendo sobre teorías de cómo evolucionarán los personajes y la serie. 


Julian, como buen narcisista, era muy amigable con todos y en especial con Carlos. Le apoyaba con sus dudas en el trabajo, y siempre parecía tener las mejores historias y consejos. Carlos se sentía especial, por que con nadie más tenía tanta química. Pero poco a poco, Julián comenzó a mostrar otra faceta de su personalidad.


El Abuso Narcisista


Cuando Carlos “fallaba” como amigo, Julian le aplicaba la ley del hielo. Se transformaba en otra persona, era como si Carlos le hubiera hecho la peor de las ofensas. ¿Qué cosas consideraba Julian como una falla de Carlos? Cosas sencillas como: 


  • Negarse a salir por motivos de trabajo o personales.

  • No poder recibir paquetes para Julian.

  • Salir con otras amistades.

  • No prestarle dinero.


Carlos se sentía como si fuera su asistente personal y no como su amigo. Al principio, le hacía esos favores, pero comenzaron a ser cada vez más recurrentes, hasta el punto en que se volvieron una obligación para Carlos. Por ejemplo, Julian compraba varias cosas en línea que esperaba que Carlos le llevará a la oficina, en ocasiones eran tantas que su departamento se volvía una minibodega, cosa que molestaba mucho a su pareja. Llevárselas a la oficina era tedioso porque Carlos se movía en transporte público, por lo que tenía que malabarear entre sus cosas de oficina, las compras de Julian y la jungla de personas que puede ser el Metro de la CDMX.  Algunas cosas eran pesadas o delicadas. En estos traslados tan caóticos Carlos, sin querer, llegó a maltratar alguno de los productos, cosa que enfureció a Julian “¿Cómo pudiste hacer esto? ahora vas a tener que llevarlo a paquetería para devolución y decir que así te llego


La manipulación emocional


Carlos constantemente se sentía culpable por provocar los enojos de Julian. No realizar esos “pequeños” favores, como prestarle dinero, lo hacía sentir mal, aunque Julian siempre terminaba pagando. Carlos llegó al punto de no comprarse cosas que deseaba, pensando:


Que tal que Julian lo necesita y no tengo para prestárselos


Sin ser consciente de ello, Carlos estaba en las redes de la manipulación emocional. Su actuar estaba condicionado a los deseos de Julian y lo hacía por “propia” voluntad (bueno, para que Julian no se molestara más bien). 


Lo último que aguanto, fue cuando Julian se enojó por el cumpleaños de Carlos, quien salió ese día con sus amigos de la Universidad quienes quisieron festejarlo de sorpresa. Esto indignó muchísimo a Julian porque no lo consultó con él para organizar fechas ya que ese mismo día Julian quería celebrarlo. 


Esto es el colmo, no puede ser que ni mi cumpleaños puedo celebrar a gusto


Establecimiento de límites: una estrategia eficaz pero no es para todos


Carlos cambió de trabajo, pero su amistad con Julian continuó con la misma dinámica. En terapia, Carlos presentaba un cuadro de estrés severo, las presiones de la vida adulta eran ya suficientes como para tener que lidiar con un amigo que era sumamente demandante. 


Dado que los narcisistas suelen manipular a las personas para que cumplan sus caprichos y necesidades emocionales. La primera arma contra esta manipulación es el establecimiento de límites. Para muchas personas, incluidas Carlos, les es difícil hacer esto porque les genera sentimientos de culpa y sensación de ser una persona egoísta.

Si yo puedo ayudar en algo y no me cuesta, me parece egoísta no hacerlo. Tengo miedo de que el karma me lo regrese si no lo hago


Había mucha resistencia de su parte, durante su infancia era impensable que no obedeciera a los adultos en lo que sea, y era mal visto que no se ofreciera a apoyar en lo que sea que los adultos necesitaran. Sin querer queriendo, habían criado a un niño sumamente complaciente.


Ghosting: un acto de rebeldía e independencia


Dado que la confrontación no era adecuada para Carlos, decidió que la mejor forma de ganar la pelea era no estar en ella. Le resultaba menos conflictivo no contestar a Julian y pretender que no recibió su mensaje en lugar de decirle “No lo voy a hacer, Sorry not Sorry”. 


Si lo confronto, me hace un mega drama, me hace sentir culpable y esa es mi debilidad, por eso termino haciendo siempre lo que él quiere


El Ghosting tiene una connotación negativa y se cataloga como algo malo o falta de responsabilidad afectiva. En casos como el de Carlos es un juicio inapropiado, ya que el Ghosting era la mejor estrategia de salida para una relación que lo estaba consumiendo. En la terapia decimos que una estrategia por más eficaz que sea no funciona para todos, lo importante es buscar la que funcione para ti y que le de solución al problema que te trajo a terapia.


Finalmente, Carlos logró su cometido, comenzó a distanciarse de Julián, un favor ignorado a la vez. Empezó primero por silenciar su Chat y cuando se sintió listo lo bloqueó de todas partes. Aunque fue difícil, se sintió liberado al recuperar el control sobre su vida.



Conclusión


La historia de Carlos nos recuerda lo dañinas que pueden ser las relaciones con personas narcisistas. Si te identificas con esta situación y sientes que alguien en tu vida te manipula o te hace sentir culpable constantemente, es crucial buscar ayuda. Nuestros psicólogos están aquí para ayudarte a enfrentar y superar estas situaciones. Agenda una sesión hoy y comienza el camino hacia relaciones más saludables y una vida más plena.


Comparte esta historia para crear conciencia y ayudar a otros a evitar caer en las redes de una persona narcisista.


*Todos los nombres utilizados han sido cambiados para mantener la confidencialidad.

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