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El Lado Oculto de la Familia: Comportamientos Violentos Normalizados

Foto del escritor: Osvaldo MagueyOsvaldo Maguey

La violencia en el ambiente familiar no se ve solo en forma de golpes e insultos, en ocasiones tiene un camuflaje muy sutil que provoca que pase desapercibida. Dichas formas camufladas se manifiestan a manera de chantajes, comentarios pasivo-agresivos, berrinches, entre otras cosas. Se vuelven tan cotidianas (lo cual explica porque pasan desapercibidas) que las llegamos a normalizar. 

Acompáñanos a descubrir estas formas ocultas de violencia que se experimentan en ocasiones en algunas familias.


Abuso silencioso: la violencia que no se ve


Usualmente pensamos que la violencia familiar son insultos, humillaciones, control económico etc. Formas muy conocidas y que no pasan desapercibidas. Para que este tipo de violencia sea sutil requiere cierta habilidad. Esos padres que han logrado esa “maestría” la ejercen a través de la manipulación emocional, críticas, control disfrazado de preocupación y/o apoyo, y finalmente el no respetar límites.


Pon mucha atención para ver más allá del camuflaje y puedas detectar estas formas de violencia  a continuación unos ejemplos:


  1. Manipulación emocional (chantaje):

Esta técnica se basa en enojarse y echarte la culpa (aunque no la tengas). Tus padres buscarán la forma de pintarte como el villano de la película. A través de berrinches y caprichos, buscan que cedas ante sus peticiones aunque sean injustas. Por ejemplo: Si te peleas con tu madre o padre estos pueden dejarte de hablar. A algunas personas les causa mucha ansiedad y terminan pidiendo perdón y admitiendo culpas que no son suyas con tal de que les vuelvan a dirigir la palabra. Todo termina con un “si no fueras tan contestón esto no te pasaría”


Un tipo especial de manipulación emocional es el victimismo. En este la persona adopta el rol de víctima, la persona que sufre, la que fue herida. Por ejemplo: Te vas a independizar, vivir  con tu pareja, o algo no sale como tu madre o padre desea, se indigna. Incluso te dicen que eres un mal hijo/a, que prefieres estar en otros lados y/o que ellos estarían mejor si ya se murieran. 

 

  1. Críticas constantes:

A través de comentarios pasivo-agresivos, que supuestamente hacen porque te quieren, tus padres buscan que te sometas a sus caprichos y/o forma de ver el mundo. 


Pueden hacer críticas sobre tu físico (te verías mejor si bajarás de peso), sobre tu conducta (no deberías de comer tanto, luego se te va a notar), tus decisiones de vida (si estudias eso te vas a morir de hambre) o tus amistades y/o parejas (Ese tipo del que estás enamorado no te conviene, a ti te alcanza para más). Todo esto lo hacen con el fin de “ayudarte”, porque saben lo que es lo mejor para ti y si te ofende no deberías; te lo dicen porque te quieren ¿apoco desprecias su “ayuda” y “cariño”? (¡Victimismo detectado!)


  1. Preocupación Control excesivo

El camuflaje es la preocupación, la búsqueda de tu bienestar y lo que es mejor para ti (“supuestamente”). Pueden mezclarlas con las otras dos técnicas para mayor efectividad. Pueden intentar controlar lo que sea, con quien te juntas o sales, qué carrera vas a estudiar, qué actividades tienes, tu ubicación, tus finanzas, etc. Comienzan a darte consejos y opiniones sobre todas estas áreas a veces no respetando los límites. Por ejemplo: pueden enojarse si constantemente no te estás comunicando con ellos “¿por qué nos tienes tan olvidados? ¿ya no te importamos?” o “es que me preocupas y estoy intranquilo si no se que estás bien” 


En su libro Jennette McCurdy (la del programa iCarly) describe este tipo de violencia (mezclada con chantaje y victimismo) que su madre ejerció sobre ella para que fuera actriz. “Ese es mi sueño hija” “Yo siempre quise ser actriz, y tú serás muy buena” “Es lo que más te conviene, pruébalo” “Te va a ir muy bien, eres encantadora, solo tienes que hacerlo”.

Busca tener una relación sana y sin violencia


No quiero que se entienda que los progenitores son malvados, si presentan este tipo de conductas es muy probable que sus respectivos padres ejercieran este tipo de violencia para con ellos. Tendemos a repetir patrones no porque sean funcionales sino porque son conocidos. En su mente creen que esto que realizan es lo mejor para la familia, de verdad están convencidos de ello. “A mí me pegaron y no resulté traumado” solían decir antes (si salían traumados, solo que no lo sabían).


Si queremos tener relaciones sanas con nuestros padres o con tus hijos (si eres progenitor). El primer paso para solucionar un problema es detectarlo, por lo que si quieres mejorar el vínculo familiar, es indispensable detectar estos estilos violentos de interacción. Una vez identificado podemos emprender el segundo paso “La confrontación”. Esta es la parte más complicada, porque implica en ocasiones tener pleitos y discusiones con miembros de la familia que apreciamos mucho. No todas las personas están dispuestas a pasar uno que otro mal rato al momento de establecer límites. ¿Por qué mal rato? porque estas conductas no cambian de la noche a la mañana, muestran resistencia y es ahí donde uno tiene que ser constante para lograr el resultado deseado: La Paz. Pero eso implica decirle a tu familiar “no voy a ir a la comida” ”no me gusta que me hables así” “no quiero que vuelvas a opinar sobre mi pareja” entre otras cosas. 


En ti está la decisión, ¿es mejor aguantarse y llevar la fiesta en “paz”?; o ya no estás dispuesta/o a tolerar algunas conductas porque no te permiten disfrutar del vínculo. Si eres este segundo caso, te quiero decir que no estás sola/o , busca apoyo de tus seres queridos y nunca descartes la posibilidad de buscar ayuda profesional. Si fuera el caso AQUÍ, puedes encontrarnos y te brindaremos el apoyo que necesitas.

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